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28 de Septiembre
Ya sabemos que el cerebro es un eje conectado con toooodo Nuestro Cuerpo y que, gracias a él, todas las señales son emitidas para que Nosotras podamos caminar, comer, hablar, movernos de la forma en la que lo hacemos, pensar, sentir, aprender, recordar y un sinnúmero de cosas más, así que no es nada extraño que esta parte también esté correlacionada con nuestra menstruación, y de eso, precisamente, conversaremos en este artículo.
Hicimos lo que teníamos que hacer y hablamos con nuestra ginecóloga Jéssica Gómez, quien nos sacó de todas las dudas que teníamos y nos enseñó aún más sobre esa amistad llamada: cerebro y menstruación, ¡así que comencemos!
Devolvamos el tiempo y vámonos a esa clase de biología del cole, cuando nos enseñaron cómo funcionaba nuestro cerebro y qué partes lo componen. A modo de resumen, recordemos que el cerebro es una de las partes más importantes, y a la vez, compleja, de todo nuestro cuerpo; es el jefe de tripulación, el que da órdenes a los demás comandantes y órganos de cada sistema para que funcionen correctamente, llevando y trayendo información constantemente.
Todo esto lo hace a través de las neuronas, que, aunque parezca exagerado, ¡¡tenemos hasta mil millones de ellas en nuestro cerebro!!
Sigamos aprendiendo más de su anatomía y entendiendo cómo es que el cerebro y menstruación sí están conectados.
La sustancia gris, o también llamada “materia gris”, corresponde a la unión de varios cuerpos de neuronas y se asocia, principalmente, con algunas funciones cognitivas y motoras que realizamos, entre ellas: la percepción sensorial, la memoria, el pensamiento, la toma de decisiones; así como la coordinación y la precisión.
Hay dos regiones del cerebro que son las que más acumulan esta sustancia y son la corteza cerebral y el cerebelo.
Según un artículo publicado por el blog PsicoActiva, la materia gris ocupa alrededor del 40% de todo el cerebro, encargándose principalmente de procesar toda la información almacenada y que recibimos a diario.
Cerca del 60% de nuestro cerebro contiene materia blanca y, según lo explica nuestra especialista Jéssica Gómez, es la sustancia que permite que todas las áreas de nuestro cerebro trabajen juntas.
Pensemos en un cargador de celular enchufado para recibir energía, que en este caso dicha energía representa “la información”. La base de este cargador sería lo que conocemos como materia gris, mientras que el cable que posibilita la transmisión energética, corresponde a la materia blanca.
Entonces, en términos sencillos, la materia blanca es esencial para que nuestras áreas del cerebro se conecten y así, podamos pensar, aprender, expresarnos a través de nuestra mente.
Nuestro cerebro se divide en hemisferio derecho y hemisferio izquierdo, los cuales se conectan a través el cuerpo calloso. Encontramos entonces:
La corteza cerebral, a donde llega la información percibida por nuestros sentidos.
El cerebelo, que es la base encargada de coordinar nuestros movimientos.
El tronco cerebral que, gracias a él, podemos realizar funciones involuntarias como parpadear, respirar y controlar nuestro ritmo cardíaco.
Sin embargo, en este artículo hablaremos del diencéfalo…dien qué? Sí, puede sonar raro pero en esta parte se encuentran dos áreas que sufren cambios cada que iniciamos un nuevo ciclo menstrual.
Estas dos áreas que se llaman hipófisis y el hipotálamo son las que se encargan de crear las hormonas que hacen posible todos nuestros procesos reproductivos, como nada más y nada menos que la ovulación.
Imagina que el hipotálamo es como el centro de control en la peli Intensamente donde se regulan todas nuestras emociones principales como el miedo, la alegría o la rabia.
¡Espera! ¿Sabes cuáles son las hormonas que intervienen en el ciclo menstrual? Entremos un poco más en contexto y conozcámoslas:
Hormona folículo estimulante (FSH): Esta hormona es producida en nuestro cerebro y se encarga de estimular el crecimiento y desarrollo de los folículos ováricos en los primeros días de nuestro ciclo menstrual.
Hormona luteinizante (LH): ¡También viaja desde el cerebro a nuestros ovarios! Se producen principalmente en la segunda mitad del ciclo menstrual, cuando sucede la ovulación. Esta hormona estimula tanto la maduración del óvulo como la liberación del mismo, además, se encarga de generar las condiciones necesarias en nuestro cuerpo para una fecundación.
Estrógenos: Corresponden a las hormonas que se producen en nuestros ovarios y que, según nuestra especialista Jéssica Gómez, aumentan su cantidad en la fase folicular, es decir, previa a la ovulación, y alcanzan su punto máximo después de ésta. Éstos son los encargados de hacer crecer nuestros senos en la pubertad, de que nos salgan vellos en algunas partes del cuerpo y, también, nos ayudan a tener un ciclo menstrual regular.
Progesterona: Cuando el óvulo se libera y empieza a viajar, esos folículos donde estaba el óvulo se convierten en cuerpo lúteo. Este cuerpo lúteo comienza a producir progesterona, una hormona que es la encargada de preparar las paredes del útero en caso de que ocurra la fecundación del óvulo.
No olvidemos que el hipotálamo, desde arriba, estará supervisando los niveles de progesterona, y si no hay señales de un embarazo, dará la orden de que comencemos un nuevo ciclo con la menstruación.
Un reciente estudio realizado por la Universidad de California demostró que las hormonas podrían provocar cambios en nuestro cerebro durante el ciclo menstrual. Esto incluyó la muestra de 30 mujeres en diferentes etapas de su ciclo menstrual, que, a través de una resonancia magnética y la medición de sus niveles hormonales en sangre, arrojaron los siguientes resultados:
Primer hallazgo: Cuando los niveles de estrógenos aumentan, principalmente en los días antes de nuestra ovulación, es posible que experimentemos cambios en una parte de nuestro cerebro llamada “sustancia blanca”, y esto hace que la información pase de un lado del cerebro a otro de manera más rápida. Mmmm, ¿será por eso que nos sentimos más enérgicas y productivas durante esos días?
Segundo hallazgo: Cuando la hormona folículo estimulante (FSH) aumenta antes de la ovulación, parece estar relacionada con tener una materia gris más gruesa, lo que significa más neuronas en esta parte del cerebro. Y, aunque sólo se trate de una teoría, eso explicaría que somos mejores para pensar, recordar cosas o tomar decisiones.
Tercer hallazgo: Los picos de progesterona pueden estar relacionados con un menor volumen del líquido cefalorraquídeo. Este líquido es como un colchón suave para nuestro cerebro que lo protege de golpes, lesiones o movimientos bruscos, además transporta nutrientes para que éste funcione bien. Así que, si no tenemos suficiente líquido cefalorraquídeo, podríamos estar más expuestas a una lesión.
¡Pero no te asustes! Esto apenas está siendo investigado, ya que del cerebro y menstruación, aún queda un largo camino por descubrir.
Ya lo hemos hablado en nuestro artículo Estados de ánimos según el ciclo menstrual, y es que es completamente natural que a medida que transcurre cada etapa del ciclo, nuestras hormonas suban y bajen, y así experimentemos emociones muy diferentes.
¿Durante la ovulación no les pasa que se sienten más felices, enérgicas y bonitas? Esto se debe a que los estrógenos y la progesterona aumentan y, desde nuestro cerebro liberamos endorfinas, también conocidas como las “hormonas de la felicidad”, que son las que nos generan ese tipo de sensaciones. Sin embargo, estas mismas hormonas comenzarán a disminuir con la llegada de la menstruación, y por eso, es natural sentirnos irritables, sensibles o con menos deseo sexual. Aquí es cuando nos damos cuenta de que, efectivamente ¡¡todas estas reacciones se conectan con nuestro cerebro!!
Y la verdad es que para Nosotras todo lo que está relacionado con el cerebro y menstruación, también es un tema complejo; sin embargo, poco a poco, y con ayuda de la ciencia, lo iremos entendiendo cada vez mejor. Entonces, si llegaste hasta aquí, no olvides dejarnos tu comentario y contarnos qué opinas sobre estos descubrimientos o qué otras preguntas se te vienen a la mente.
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