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28 de Septiembre
Muchas veces nosotras hemos escuchado de casos en donde las molestias en nuestra Zona V son poco tratadas o ignoradas por diversos factores; entre ellos, porque solemos restarle importancia al asunto, las asociamos con condiciones de la ropa interior o simplemente nos parece un proceso maratónico e incómodo el asistir a un especialista en el tema.
Sin embargo, esto último debería ser catalogado como una de las principales red flags que tenemos en la relación con nosotras mismas, pues de la misma manera en que consultamos por un dolor de cabeza u otro tipo de malestar, deberíamos consultar por alguna molestia en nuestra Zona V.
La vulvovaginitis tiene, como la mayoría de las cosas en la vida, el peso de mitos, chismes y rumores que las personas sin un verdadero conocimiento andan diciendo y, en lugar de informar, terminan causando una confusión al respecto. Por tal motivo, no nos sorprende que cuando se hable de ella se toquen mitos como que solo les ocurre a las mujeres que tienen relaciones sexuales, que no tienen una higiene adecuada, que no puede pasarles a niñas menores de 12 años o, la peor de todas: Que la menstruación genera infecciones vaginales.
Todo lo anterior es falso de toda falsedad y sin importar que sonemos como a profesora de colegio, te lo diremos cuantas veces sea necesario: a palabras necias oídos sordos y más cuando esas palabras no se fundamentan en un conocimiento real del tema.
Pero claro, tampoco desconocemos el hecho de que innumerables veces cambiamos la consulta médica por una búsqueda en Google. Por esta razón queremos hablarte de qué es vulvovaginitis, para que te informes, pero no olvides consultar con tu médico si la presentas.
Es importante que sepas que es una infección común pero silenciosa y poco tratada. De hecho, es tan normal que quizá ya la hayas experimentado o lo vayas a tener en algún momento de tu vida, pero desconoces cuáles son los síntomas que hacen parte de dicha infección.
La vulvovaginitis, como su nombre parece indicárnoslo, es la inflamación de la vulva o la vagina. Aquí es importante recordar que nombramos vulva a la parte externa de nuestra Zona V. Es decir, toda la parte genital que componen los labios mayores y menores de esta zona. Mientras que la vagina es el conducto por el cual se llega al cérvix y al útero.
Primordialmente debemos tener súper claro que la vulvovaginitis se puede presentar a cualquier edad y por diferentes motivos, entre los cuales se encuentran:
El uso de jabones no especializados para la Zona V.
Perfumes para la Zona V.
Productos en aerosoles.
Anticonceptivos vaginales.
Uso de ropa interior ajustada que dificulta la transpirabilidad y retiene la humedad.
Estos pueden generar irritación o inflamación; dichas características son las mejores amigas de la infección. Con esto, desmentimos uno de los grandes mitos que te mencionamos al inicio, pues las niñas menores de 12 años, aunque son poco propensas, sí pueden experimentar una infección de este tipo porque pueden usar jabones no especializados para la Zona V.
Una de las principales causas de la vulvovaginitis son las prendas demasiado ajustadas que no permiten una adecuada transpirabilidad, pues ellas generan mayor sudoración en la Zona V y retienen humedad en la vulva, causando una dermatitis por obstrucción de las glándulas.
El problema más grave en este tipo de situaciones es que la falta de transpirabilidad y de higiene, generan un ambiente soñado para que las bacterias, virus y hongos hagan fiesta. Por esta razón, es común que a edad temprana podamos experimentar la vulvovaginitis, pues aún estamos conociendo cómo llevar en nuestra Zona V, una higiene adecuada.
Entre los síntomas más frecuentes de la vulvovaginitis podemos encontrar: secreciones vaginales anormales a los flujos que podemos tener antes, durante y después del periodo menstrual.
Picazón.
Irritación o dolor al momento de tener relaciones sexuales.
Nuestra Zona V es una de las partes más sensibles y delicadas de nuestro cuerpo, por esto es súper importante que le des el cuidado que se merece. Aquí tienes algunos tips que puedes tener presente al momento de bañarte o de llevar tu rutina diaria.
Utilizar un jabón especializado para tu Zona V: Te recomendamos usar un jabón diferente al que usas en todo tu cuerpo para tu Zona V, los Jabones Íntimos Nosotras son especializados en cuidar el pH de la Zona V y prevenir posibles olores. Si no conoces acerca de ellos puedes verlos aquí.
Atrás ni para coger impulso: Realiza tu higiene de adelante hacia atrás, para que de esta manera puedas evitar arrastrar bacterias o microorganismos del ano, hasta la vulva.
Evita la humedad: ¡Descubre los mejores aliados! Los Protectores Nosotras Diarios son el fin de la humedad, la sudoración y las manchas. Es decir que mientras cuidan tu piel, garantizan una higiene adecuada en tu Zona V. Conócelos aquí.
Despídete de las esponjas: Estas son perfectas para masajear todo el cuerpo, menos tu Zona V, pues en ellas se acumulan numerosos gérmenes difíciles de eliminar.
Enamórate del algodón: Por muy lindas que sean las otras texturas y los sensuales encajes en la ropa interior, intenta disminuirlos reemplazandolos por el algodón, el cual favorece la transpiración y fricción natural. Además, utiliza detergentes y jabones suaves, garantizando que al momento de lavar tu ropa, no queden restos del mismo que puedan afectarte.
Primero que todo y segundo que nada, ¡tú tranquila! Que, aunque experimentes algunos de los síntomas anteriores e Internet te diga que vas a morir o contagiaste una ETS (Enfermedad de Transmisión sexual), te damos la tranquilidad de que la vulvovaginitis no representa una de ellas. Sin embargo, en algunos casos puede ser el resultado de la tricomoniasis, una de las ETS más comunes que a menudo causan vaginitis.
Si bien las relaciones sexuales, como ya te lo dijimos, no están entre los primeros motivos al momento de buscar las causas de la vulvovaginitis, si es importante que sepas que tu cuerpo puede, en algunas ocasiones, tener una reacción inadecuada al semen, hongos o bacterias naturales de la zona íntima de la otra persona, lo que puede alterar el equilibrio natural de tu Zona V. Puedes ser más propensa si eres alérgica al látex o cierto tipo de lubricantes.
Aunque hasta el momento te hemos dado pistas sobre las preguntas más frecuentes respecto a qué es vulvovaginitis, si quieres tener la certeza de qué hace parte de tu diagnóstico, sí o sí debes acudir donde un especialista, quién puede preguntarte sobre tu historia clínica, realizarte un examen del suelo pélvico, observar tu flujo vaginal, detallando su color, consistencia u olor y estudiar una muestra con microscopio en caso de considerarlo necesario.
¡Nada de qué preocuparnos! La vulvovaginitis se trata con antibióticos, entre los cuales pueden aparecer píldoras o cremas para tu Zona V, previamente recetadas por tu médico.
Lo más recomendado es evitar, durante el tratamiento, las relaciones sexuales. Sin embargo, en caso de tenerlas, debes asegurarte de usar un método anticonceptivo de barrera como lo es el condón.
En las farmacias puedes encontrar, por conocimiento o recomendación, muchas cremas para tratar las infecciones por levaduras (hongos o bacterias), pero siempre la palabra de oro la tendrá un especialista en el caso y más cuando es la primera vez que experimentas los síntomas anteriormente mencionados. Si tienes una pareja estable, lo ideal sería que ambos prueben el tratamiento para prevenir una nueva infección.
Pero ¡mantente alerta! Pues si logras identificar que tu vulvovaginitis es una reacción alérgica o sensible a un medicamento, tú misma puedes tomar la decisión de suspenderlo, lo que probablemente hará que en pocos días la incomodidad desaparezca sin tomar antibióticos. Por su parte, si la vulvovaginitis responde a un cambio hormonal, tu especialista de confianza puede recetarte una crema estrógeno para ayudar a disminuir los síntomas.
Al igual que cualquier otra infección, lo más importante es que la trates a tiempo y no dejes que avance, porque muchas veces en lugar de mejorar, sólo empeora la situación y dificulta el proceso de sanación. La vulvovaginitis por sí sola no desencadena en otro tipo de enfermedades, pero sí nos hacen más propensas a contraer enfermedades de transmisión sexual, como lo es el VIH. Además, si estás en periodo de gestación, aumenta el riesgo de trabajo de parto prematuro.
Ahora que ya conoces los síntomas de la vulvovaginitis cuando experimentes alguna molestia en tu Zona V, podrás compartir tus conocimientos del tema con tus amigas, pues la vulvovaginitis es muy común en todas las edades, pero poco comentada por temor a ser catalogada como una ETS. Pero recuerda, que nadie más puede opinar sobre nuestros cuerpos o los diferentes procesos que tenemos para aprender sobre él. ¿Lo esencial? Instruirte y buscar siempre la opinión de un profesional.
Si quieres conocer más acerca del cuidado de tu Zona V, descubre aquí estos 6 consejos para asegurarte de evitar malos olores o infecciones. Compartelo con tus amigas y empoderate cada vez más de tu cuidado íntimo.
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