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27 de Junio
Hay temas que se tocan porque sí y otros de los que sí o sí, siempre hemos querido hablar - ¡Esta vez los hombres trans se tomarán un espacio entre Nosotras! -. Y es que no sabemos de fondo qué tan cierto es si viven o no un período regular, irregular, o si en definitiva, no lo viven, pero, claro está, no somos las únicas que menstrúan. También, quisimos conocer más sobre su proceso de transición, tratándose de los cambios con los cuales deben lidiar, física y emocionalmente hablando, para poder sentirse hoy a gusto con la imagen que reflejan.
Démosle la bienvenida a Anyel e Isaac, quienes se han abierto a Nosotras -sin tapujos- para contarnos más sobre su proceso de transición de género.
Anyel, o Angie antes de su transición, porque aunque tenga rasgos físicos que al día de hoy lo hagan sentirse más seguro, reconoce desde un inicio la mujer que lo habita y de la cual a sus 25 años, aún queda mucho por aprender. Tomó la decisión hace poco más de un año, de comenzar su proceso de cambio de género y acepta que ha sido todo un reto, más allá de las generalidades físicas con las que esperaba contar después de su primera inyección de hormonas:
“Los cambios no son tan rápidos como uno imagina, es un proceso de muchísima paciencia, o por lo menos, así ha sido en mi caso, porque cada chico trans lo experimenta de una forma totalmente diferente”.
Tal es el caso del cambio de la voz, pues así como él en el transcurso de los dos primeros meses experimentó un tono más fuerte, ajeno al cual se había acostumbrado a escuchar toda su juventud, hay otros hombres trans a los cuales no les ocurre, incluso después del primer año de transición, -“ahora yo escucho mi voz y es muy raro, incluso a veces siento que quien está hablando es otra persona. Es algo así como verte y saber que tu voz no te corresponde, pero aún así te gusta”.
Isaac Cano, por su parte, también nos despejó muchas dudas que teníamos y, además, nos invitó a conocer su historia sobre cómo desde sus primeros 7 años comenzó a cuestionar varias puntos relacionados con su identidad, -“A esa edad tan temprana, yo aún no tenía el conocimiento, la palabra y, mucho menos, el argumento para explicarle a alguien qué era exactamente lo que estaba sintiendo”-. No fue entonces, hasta cumplidos sus 15 años, que entendió lo que significaba ser un hombre trans y sentía identificarse con este término..
“Antes de comenzar mi transición, literalmente mi mejor amigo era YouTube. Yo no sabía absolutamente nada del tema y mis padres tampoco, así que comencé a instruirme y ver testimonios de personas que habían hecho el proceso. En medio de esto, me di cuenta que todos experimentan un cambio muy diferente y la única forma de tú darte cuenta cómo será el tuyo es iniciándolo”.
¡Que sí! Obvio hay miedos que te invaden al momento de tomar una decisión que sabes que será “para toda la vida”, pues después de tener todo listo para empezar su proceso de transición, Isaac tardó ocho meses más en sentirse totalmente seguro de tomar esta decisión.
¿Qué pasa si dejo de inyectarme?, ¿mi voz volverá a ser como antes?, ¿me llegará nuevamente la menstruación? Estas y más preguntas nos comenzaron a surgir justo en el momento en el que conversábamos con Anyel e Isaac y nos contaban cómo se sentían con esa nueva apariencia física. Pues bien, sabemos que una transición puede durar toda la vida porque su cuerpo, naturalmente, seguirá produciendo hormonas femeninas.
Sin embargo, hay algunos cambios que sí son irreversibles y, por esta misma razón, Anyel nos aclara la importancia de contar con el acompañamiento de un psicólogo antes de iniciar la transición para no tomar decisiones de las cuales te puedas arrepentir después. En este caso y como siempre te lo hemos dicho, ir a terapia es tan necesario como asistir al médico para cualquier tipo de control.
Por ejemplo, aspectos como la voz, el vello facial y corporal, la textura de la piel no tienen vuelta atrás; así como tampoco la decisión de operarse y realizarse una mastectomía para quitarse los senos, o una histerectomía que consiste en la extracción del útero. Pero, otros procesos que sí son más hormonales, como es el caso de la menstruación, podrían regresar, dado el caso de anular la inyección de testosterona.
Para Anyel la menstruación venía acompañada de fuertes síntomas que al día de hoy y gracias a esa recarga hormonal -que sigue realizándose cada dos meses-, han desaparecido. Lo que para él eran cólicos insoportables, vómitos y desmayos sin razón o malestares estomacales; en este punto, ya no son más un problema, porque según él, aunque los primeros tres meses experimentó un sangrado muy leve, logró despedirse por completo de su periodo. Sin embargo, aún se conservan rastros de su ciclo menstrual que para él son muy evidentes y siguen conectándolo con esa esencia femenina que nunca lo incomodó y de la cual dice que no se desprenderá tan fácilmente:
“Aunque no sangro sigo teniendo comúnmente mis ciclos menstruales, los cuales no son muy difíciles de ocultar. Creo saber muy bien en qué etapa del ciclo estoy porque obvio me siento más irritable y mi estado de ánimo tampoco es el mejor”.
En el caso de Isaac, no recuerda haber experimentado más de cinco veces la llegada de su menstruación, pues entre sus miles de preguntas acerca de su identidad, también debía transitar por los síntomas de una endometriosis diagnosticada a temprana edad, por lo que los únicos momentos que suele relacionar con su periodo fueron las mismas veces que tocó la puerta de urgencias porque sus cólicos menstruales, realmente, lo aterrorizaban.
Isaac, quien lleva alrededor de 10 años desde que inició su proceso de transición, experimentó su última menstruación meses antes de comenzar con la inyección de hormonas. Sin embargo, cuatro años más tarde tuvo un sangrado moderado que lo llevó a consultar con un especialista, pues para él no era “nada normal” que esto estuviera sucediendo, -“Yo vi la sangre y no sabía cómo reaccionar; luego, comencé a investigar más y mi médico me comentó que eso le podía pasar a cualquiera y que había hombres trans a los que les pasaba una vez al mes, una vez al año, o simplemente, no les ocurría”-.
Pensar si los hombres trans menstrúan o no, depende también de los niveles hormonales que produzca su cuerpo y la dosis de hormonas que se esté inyectando. Pues un exceso en la cantidad de testosterona podría llegar a convertirse en más estrógenos y con ello, generar un efecto contrario al que se está buscando. Siendo así, es importante tener el acompañamiento médico para conocer cuál es la dosis indicada, según cada paciente, que desee iniciar una transición de género como Anyel e Isaac.
Y es que para Anyel la transición no es algo que lo vaya a desconectar, de algún modo, de su feminidad, pues como dice él: más que un cambio, son unas “mejoras extra” que para bien o mal, lo acercan a su libertad, - “Para mí no hay una sola forma de ser mujer, ni una sola forma de ser hombre. Yo no tengo problema de quitarme la barba, maquillarme y actuar como la mujer que siempre he sido. El hecho de que exteriormente me vea de una manera, no cambia mi pasado”.
Entre Nosotras sabemos muy bien que hay cambios que deben empezar desde el interior para poder sentirnos mejor con esa persona que vemos al espejo todos los días y en el caso de Isaac sucede exactamente igual:
“A quién le importa tu apariencia si tú no tienes claro quién eres. Independientemente de si me sale barba o no, si estoy más grande o no, si tengo o no, yo sé muy bien lo que soy y el hecho de estar viviendo un proceso que todos los días me acerca a esa persona que quiero ser, para mí es más que suficiente”.
Si el hecho de ser mujer va mucho más allá de estar en “nuestros días”, saber que los hombres trans menstrúan tampoco es sinónimo de que tengan menos masculinidad. Hay mil formas de experimentar el período y no todas ellas están ligadas con la sangre menstrual. Hay a quienes nos viene la regla cada mes, quienes la viven de manera irregular, o en el caso de los hombres transgénero, pueden tenerla e incluso no tenerla, pero de la menstruación y otras transiciones siempre habrá algo que esperar y no necesariamente que entender.
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