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Autoconocimiento y sexualidad: ¿Para qué?

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¡Hola a todas! ¿Cómo están? Hace unos días vengo pensando mucho en este tema que les traigo. Hoy en día, en cualquier revista, nota o publicación en redes vas a encontrar lo mismo: “Conocerte es importante”. Pero suena casi como un imperativo: “¡conoce tu cuerpo!”, “descubre qué es lo que te gusta” “los 3 tips para volverte loca de placer”. Y si, yo misma también caigo a veces en el remolino de mandarte la orden del autoconocimiento, sin explicarte el por qué o lo más importante…para qué. Vamos por partes para que lo podamos construir juntas.

Ya sabemos que el placer y el autoconocimiento femenino ha sido ubicado en un pésimo lugar a lo largo de la historia, y siempre pendiente y dependiente del placer de ellos. Hemos visto que durante la Edad Media, la Iglesia permitía tener relaciones únicamente con fines reproductivos y en una única posición: el misionero, donde la mujer queda debajo del hombre y con movimientos muy limitados. Todo lo demás, si, toooodo lo demás, era considerado un pecado que se castigaba con un año de oraciones y castidad. No es cosa que la mujer se olvidara de su compromiso principal: reproducirse y satisfacer las necesidades de su marido.

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Parece lejano, como si estuviésemos hablando de hace millones de años. Y no, esta mirada está muy presente en la información que tenemos de la sexualidad actual. 

Aún hay muchas personas que alimentan el estigma de que la única manera de llegar al orgasmo es por medio de la penetración, se cierran a la posibilidad de explorar el mundo erótico y romántico que otorga tanto placer. También hay algunas creencias limitantes que se siguen alimentando, como que no se puede tener sexo anal o que las relaciones homosexuales no son naturales; así mismo, hay quienes dicen a voces que el sexo oral resulta antihigiénico… ¿Cuánto les faltará por explorar su sexualidad para que descubran que todas estas cosas podrían gustarles?

Hoy vivimos una revolución. En los últimos 50 años surgió el boom del feminismo, de la manera que se exprese, que lleva a reflexionar acerca de que los logros alcanzados por el empoderamiento femenino, y la única manera de lograr más y mejores derechos para la sociedad, es uniendo esfuerzos hombres y mujeres en conjunto, con miradas complementarias y facilitadoras de procesos que permitan entender una sexualidad plena y satisfactoria. Por otro lado, las investigaciones científicas en función de la sexualidad femenina nos han dado otro lugar y otro posicionamiento, y además, la venta de juguetes sexuales nos demuestra que el placer no se obtiene únicamente por penetración. Y eso, definitivamente, es lo que cambia la manera de entender la sexualidad.

Y ahí aparece el imperativo: “conoce tu cuerpo”. Porque entonces si la sexualidad no es meramente reproductiva, tiene al menos una función más: la de poder dar y recibir placer. Pero, ¿Cómo recibo un placer que no conozco, no identifico y no reconozco como tal? La respuesta fácil es: a través del autoconocimiento. La respuesta compleja es cómo vencer siglos de represión, tabúes y miedos que nos transmitieron de generación en generación…misteriosamente: en silencio.

Así, el deseo sexual, la masturbación y los orgasmos son al menos tres de los temas más complejos de transitar en la sexualidad para las mujeres.

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El deseo hay que cultivarlo, trabajarlo, buscarlo. De espontáneo tiene poco y lo mejor que podemos hacer es buscar momentos a lo largo del día para poner la mente en modo erótico, buscar espacios individuales y en pareja para que la conexión afectiva y sexual siga encendida. Sin embargo, ¿qué creemos? que tiene que ser espontáneo, natural y que tiene que “darse”. Y eso es lo que obstaculiza cualquier posibilidad de hacerlo fluir. Olvidamos la conquista, la seducción y el cortejo y limitamos las posibilidades de activarlo. Recuerda que, como dice Esther Perel, el fuego necesita aire. Y ese aire es lo que tienes que buscar en ti, en tu pareja, en la relación. No llega solo, ni por arte de magia.

Por otro lado, ligado al tema del deseo, la masturbación. La pensamos como autoexploración, autoconocimiento. Si no te tocas, no te exploras, no te conoces…¿cómo haces para luego pedir lo que te gusta y/o poder repetirlo? Por supuesto la situación individual no es exactamente igual a la vincular, pero vas a tener una buena base de conocimiento personal para poder partir de ahí a explorar un universo completamente distinto y placentero!

Y finalmente, íntimamente relacionado con el deseo y la autoexploración, el tema del orgasmo. Muchas mujeres esperan vivir el orgasmo como un GRAN momento, como un tsunami infernal que las tiene que invadir en un grito, ojos en blanco, agarrarse de las sábanas. Y si, puede que pase, alguna vez. No siempre. No necesariamente. No a todas. Tener expectativas reales acerca de qué es y qué no es un orgasmo permite también recorrer y reconocer un espacio y un momento de placer donde el orgasmo no es una meta, sino un proceso de autoconocimiento, precisamente.

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Te dejo 3 tips para empezar por algún lado con esto de conocerte: 

  1. Activa tu mente en #ModoErotico - acuerda que no es una casualidad, ¡es una actitud! Es activar conductas y pensamientos eróticos y sensuales a lo largo del día. Generar espacios placenteros para ti, tener una cita semanal contigo misma. A veces, son 5 minutos de lectura erótica, otras es un baño de burbujas donde estimules los 5 sentidos y otra será tener fantasías o recuerdos de situaciones que te encendieron alguna vez. 

  2. Aprendé a cuidar y relajar tu cuerpo. El estrés es la nueva pandemia en la salud mental. Haz actividad física, evita el sedentarismo, el tabaco y el alcohol. Desintoxica el cuerpo para conectar mejor contigo misma. 

  3. No nacemos sabiendo cómo tocarnos. Juega, explora, dale espacio a la curiosidad para recorrer tu cuerpo, estimular tus genitales y activar procesos placenteros que te lleven a niveles cada vez más altos de placer. 

¡Hay mil maneras de tocarte! busca la tuya con tranquilidad y prueba con intensidades, posiciones y estímulos diferentes hasta que encuentres el que verdaderamente te guste. Y luego…¡Repítelo!

Cuentenme, ¿Lo hicieron alguna vez? ¿Se conocen? ¿Cómo se sienten con este tema? ¡Las leo!

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