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1 de Abril
Un día te encuentras en plena etapa de la adolescencia. Y todos los cambios que ocurren en ti, te hacen ver la vida de forma diferente. Y ahí es cuando ves a las personas con una perspectiva diferente. Comienzas a enamorarte y a sentir sentimientos y emociones encontradas hacia una persona.
Muchas veces puedes experimentar: un “te quiero como amiga” o “te veo solo como una compañera”. Todo eso causa un revuelo en nuestra autoestima y pensamos tantas ideas locas contra nosotras, nuestro aspecto y mentalidad. Pero nadie te dice que ese es el comienzo para el amor propio, el querer amarte a ti mismo no viene de lo que dicen las personas.
El amor propio viene de aceptar que eres hermosa y auténtica, que nadie puede sacarte de tu zona de amor porque es más fuerte que las opiniones y juzgamientos de la sociedad. Aquí es donde surge una cuestión. Y si todo eso se marca desde incluso nuestra niñez pero en el camino perdemos nuestro horizonte...
Porque quién no recuerda cuando nos colocamos cualquier vestimenta ¡y nos sentíamos tan hermosas! o cuando usábamos el espejo de nuestra casa para decirnos - eres muy hermosa. ¿Desde cuándo perdimos ese camino que trazamos desde la infancia en que nadie podía dañar nuestra confianza? y llegamos a la adolescencia a esperar que alguien que nos gusta, opine sobre algo que no debe hacerlo.
¡Pues es momento de volver al camino! recuerda tu infancia y regresa a ese amor propio que formaste de pequeña. Nos enamoramos en nuestra adolescencia pero del alma, la apariencia te sirve a ti no para que la sociedad te diga cómo verte.
Como tú te veas es para ti, únicamente, tú vas amar tu cuerpo, no tu pareja, no tu crush, no tu familia. Es hermoso que aprendamos a regresar al camino, por muy difícil que creas que sea, es hora de que regreses al amor propio que tú tienes.
Es muy bonito enamorarse, pero el amor no se basa en apariencias, sino en las almas juntándose en una sola dirección. Y si tú estás en esta etapa de adolescencia y cambios regresa al camino y acompáñate de personas que quieran apoyarte sin juzgar por cómo te ves, sino por el amor que tu alma puede brindar a los demás.
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