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5 de Septiembre
Quizá ya varias veces te hayas hecho la pregunta de: ¿cuándo debo ir a terapia? Y probablemente no hayas encontrado una respuesta certera. En tiempos, en los que parece que resolver los problemas a nivel emocional es casi una obligación, la terapia se ha convertido en un tema de conversación bastante recurrente, ya sea para decir que tiene cientos de beneficios o para pintarlo como una idea rodeada de mitos y temores.
Hoy intentaremos acercarnos a una respuesta y darte un par de pistas para que, en caso de que decidas ir a terapia, puedas encontrar a un psicólogo que se acomode a tus necesidades. Y es que, como todas sabemos, encontrar a un terapeuta es tan difícil como decidirse por empezar una relación amorosa. Así que, comencemos.
¿Te suena muy cliché la frase: ¡todos necesitamos terapia!? Pues bien, aunque suene un poco molesto es algo cierto. Si bien, muchas personas pueden sentir que no la necesitan actualmente, es cierto que la terapia es para todos. No hay condiciones específicas o características puntuales que permitan o prohíban el inicio de un proceso terapéutico. La terapia sirve principalmente para sanar, conocernos a nosotros mismos, aprender hábitos saludables y evitar los dañinos, e incluso para crecer personalmente, potenciando habilidades de comunicación y relacionamiento. Es decir, asuntos que a todos nos sirven en cierto punto.
Recordemos, además, que un psicólogo es un profesional capacitado legalmente para ejercer la psicoterapia. Esta persona es a la que acudimos cuando nos aqueja algo relacionado con las emociones, los hábitos y los dolores. Es alguien que podrá guiarnos de manera profesional y objetiva. Es la ayuda que debemos buscar, como se busca a un mecánico si el carro se dañó o a un médico si alguien se enfermó. Lo que queremos decir es que si sientes que necesitas ayuda, procura que ésta sea de un profesional, y no la reemplaces por el consejo de la familia o los amigos porque, aunque estos son vitales como red de apoyo, no son psicólogos, y no podrían darte una charla “objetiva” ni tienen las herramientas para guiarte profesionalmente.
Si retumba y retumba en tu cabeza la pregunta de: ¿cuándo debo ir a terapia? Como una necesidad que palpita en ti, tómalo como una señal de que puedes hacerlo ahora mismo. El solo hecho de querer conversar con alguien o sentir que la voz de otro (profesional y objetivo) podría ayudarte es una excelente razón para querer ir a terapia y hacerlo.
Recuerda que no hay condiciones que te prohíban ir al psicólogo, todos tenemos siempre abierta la puerta al consultorio de un profesional de la salud mental. Además, siendo sinceros, todos podemos necesitarlo alguna vez.
Ahora bien, existen ciertas sensaciones o emociones identificables por las que se recomienda ir a terapia. La psicóloga María Paula, en su canal de Youtube, nos deja 10 puntos para saber cuándo debo ir a terapia:
Si sientes que tus problemas te sobrepasan, te desbordan y no puedes decidir sobre ellos.
Sientes un gran malestar emocional o dolor.
Si a menudo experimentas insomnio y no hay una causa biológica. Si al quedarte despierto en la noche te sumerges en pensamientos profundos o dolorosos y no puedes escapar de ellos.
No logras mantener relaciones estables y se te dificulta compartir con amigos, conocidos y familia.
No disfrutas de situaciones que hace tiempo te generaban emoción, tranquilidad o alegría.
Te gustaría cambiar algo en tu vida o quieres mejorar ciertos aspectos.
Estás pasando por una crisis existencial.
Tienes pensamientos negativos u obsesivos constantemente.
No estás bien con tu relación de pareja, relaciones interpersonales o relaciones familiares. O incluso si estás pasando por un duelo.
Si sientes excesiva nostalgia por el pasado o demasiada preocupación por el futuro.
A esto podríamos añadirle hábitos obsesivos y compulsivos o comportamientos repetitivos, actitudes depresivas, ansiedad, bulimia o adicciones. Problemas con una separación, con el duelo, problemas de adaptación, de autoestima, habilidades sociales, etc.
Recuerda que en caso de estar viviendo alguna de estas situaciones o, incluso, de sentir sencillamente que lo necesitas para fortalecer ciertos ámbitos de tu vida, lo más recomendable es recurrir a un profesional en la psicología. En Nosotras Online tenemos un consultorio dispuesto las 24 horas para ti.
A la hora de decidir ir a terapia y, sobre todo, de escoger a un psicólogo para empezar el proceso, es importante tener en cuenta los tipos de corrientes psicológicas que existen. Esto especialmente para determinar cuál podría funcionarnos mejor. Hay muchas corrientes, pero podríamos agrupar algunas de ellas en cuatro grandes grupos, divididos así:
Corriente cognitivo-conductual: son los modelos que van más dirigidos hacia el cambio de las creencias y los pensamientos. Parte de la base de que las personas tenemos un estímulo específico que nos hace pensar, sentir o actuar de una forma u otra. Si llegáramos a modificar la forma en que percibimos aquel estímulo, podríamos cambiar su efecto en nosotros, ya sea en el actuar, el sentir o el pensar. Son corrientes mucho más prácticas que trabajan en el presente y no exploran o ahondan demasiado en el pasado.
Corrientes psicodinámicas: el psicoanálisis, la dramaterapia, la Gestalt, las terapias sistémicas, entre otras, hacen parte de esta corriente. Están orientadas a las relaciones personales del paciente y ahondan más en su pasado e historia familiar. Parten de que en la familia y en el pasado se gestan muchas de las cosas que nos afectan en el presente.
Corrientes neuropsicológicas: este tipo de terapia está orientada a las personas que tienen algún problema a nivel cerebral, como el Alzheimer, por ejemplo. Trabajan de una manera profunda en el funcionamiento del cerebro y cómo éste afecta los sentidos, la movilidad o las habilidades motrices.
Corrientes contemporáneas como el EMDR, el Brainspotting, el Mindfulness o la Hipnosis clínica. Trabajan sobre zonas recónditas del cerebro y son capaces de generar cambios psicológicos más profundos en las personas. Estas terapias superan la técnica de la conversación y pasan a estudiar el cerebro de manera más profunda y clínica.
A la hora de preguntarse cuándo debo ir a terapia surgen temores que provienen de los mitos y las mentiras que se han construido alrededor de la figura del psicólogo y de la terapia en sí. Te compartimos varios mitos, recopilados por la psicóloga Adály López en su canal de Youtube “1 minuto de psicología”, para que te acerques con más honestidad a la idea de la terapia.
MITO # 1 “La terapia es solo para personas que han pasado por experiencias traumáticas o tienen serios problemas de salud mental”. FALSO. Ir a terapia es conseguir herramientas para sobrellevar cualquier tipo de momento difícil, crecer emocionalmente, hablar de cosas complejas sin ser juzgado, y conocerse a sí mismo, detectar comportamientos que no son sanos, aprender a tomar decisiones sin miedos, sanar heridas o traumas, prevenir y afrontar de manera saludable las cosas diarias. Es decir, es algo que a todos nos puede servir en cualquier momento de la vida.
MITO # 2 “Mi terapeuta se va a asustar con lo que le voy a contar y no va a querer atenderme”. FALSO. Las confesiones y la vulnerabilidad fortalecen la relación entre el paciente y terapeuta. El psicólogo es un profesional que está dispuesto y entrenado para escucharte, no temas abrir tu corazón.
MITO # 3 “Mis amigos y familia me apoyan y escuchan, entonces no necesito ir a terapia”. FALSO. Los amigos y familia son supremamente importantes como parte de una red de apoyo, pero no sustituyen a un terapeuta. No son profesionales, no tienen las habilidades ni pueden garantizar la confidencialidad. Su opinión va a estar sesgada por los sentimientos que tengan hacia ti. Son de gran ayuda, pero no son un reemplazo de la terapia.
MITO # 4 “Todos los terapeutas son iguales”. FALSO. Sabemos que Hollywood y otros medios se han encargado de pintarnos una imagen muy particular del psicólogo: un hombre de gafas que se sienta con su libretita a escuchar hablar sin opinar. Esta imagen no siempre es cierta. Existen diferentes tipos de terapia y de personalidad, lo importante es conocer al terapeuta que haga clic contigo y te genere confianza y tranquilidad.
Recuerda que esta será una decisión supremamente personal, no hay un patrón o unas condiciones precisas para escoger al terapeuta perfecto sin antes preguntarte qué es lo que buscas en un psicólogo. Ahora bien, podemos dejarte un par de tips para que consideres en tu proceso de búsqueda.
Busca recomendaciones: que tus amigos o conocidos te hablen de sus experiencias con psicólogos. Esto te dará una idea personalizada de quién es el psicólogo y si podrías llevarte bien con él.
Revisa su historial y el material que comparte: revisa qué tipo de corriente aplica y en qué consiste su terapia. Todo esto para darte cuenta de si su trabajo funcionaría contigo.
Investiga qué tipo de problemas atiende y cómo los resuelve.
Habla de tus objetivos desde el primer día para que la labor del terapeuta se alinee con tu objetivo.
Busca sentirte cómodo. Desde que sientas la empatía y puedas hacer clic ya tendrás un punto a favor.
Recuerda que la terapia no es una obligación, sino algo que puedes hacer por ti misma en caso de necesitarlo o quererlo. El día en que sientas que terminaste tu proceso con el psicólogo estará más que bien tomar la decisión de no continuar. El verdadero proceso es contigo, en tu interior y en tu mente.
Esperamos que estas recomendaciones te sirvan para resolver la pregunta de cuándo debo ir a terapia. Ya sea para decidirte a hacerlo hoy o para darte cuenta de que, en este momento, no es tan necesario para ti. Cuéntanos cuál ha sido tu relación con la terapia y recuerda que en Nosotras Online tenemos un consultorio psicológico abierto las 24 horas. No dudes en comunicarte con Nosotras.
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