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14 de Marzo
Estamos ante una situación, necesitamos claridad para tomar una importante decisión, pero justamente en ese momento nos quedamos en blanco y nos bloqueamos por el miedo a equivocarnos ¡Todas hemos pasado por eso! A la hora de tomar una difícil decisión nuestra mente juega en nuestra contra y en vez de estar lo más lúcidas posibles, nos desesperamos y quedamos mucho más confundidas, esto pasa porque tenemos miedo, no queremos renunciar a algo, creemos que no estamos listas, o porque no sabemos cuál es la mejor opción, ¡pero calma!
Aquí tenemos 5 tips para que los apliques siempre que tengas que tomar difíciles decisiones, de esta forma, cada vez será más sencillo y menos traumante darle respuesta a tus preguntas. ¡Aprenderás a tomar decisiones de la mejor manera!
¡Analiza los posibles escenarios! Es más fácil tomar una decisión si te imaginas cómo sería el mundo si tomaras x o y camino. Por ejemplo, si estás entre 2 opciones, lo ideal es que cierres los ojos y con calma reflexiones sobre cómo te sientes con cada una de las decisiones ¿cómo te visualizas en ese mundo? ¿qué pasaría con las personas que te rodean? ¿qué consecuencias surgen? ¿qué oportunidades descubres? Con esto puedes medir el nivel de tranquilidad que sientes con cada decisión, para así poder escoger la que te traiga menos preocupación a tu vida. Además, gracias a esto es posible prepararte, si es necesario, para enfrentar algunos efectos secundarios que podrían traer tus decisiones, como hablar con tu jefe, o tal vez ahorrar para pagar una deuda. De esta manera, no tendrás tanto miedo a lo desconocido, pues ya has pensado que estas cosas podrían pasar luego de tomar tu decisión.
¡Busca información! Lo ideal es que cada vez que tomes una decisión te informes un poco sobre el tema, de esta forma, te asegurarás de no escoger un camino solamente porque desconoces el otro. Informarte correctamente hace que conozcas con más claridad los factores que están en juego entre las diferentes opciones y así evitas tomar una mala decisión. Por otro lado, ¡buscar más información te puede sorprender! Pues te puedes dar cuenta de que, aunque antes creías tener solo dos opciones, ahora pueden surgir muchas más. No todo en la vida es blanco y negro, lo valioso de informarte es que puedes unir colores y decidirte por los grises.
¡Pide ayuda! Aunque es cierto que las decisiones deben ser personales, ¡nadie dijo que no puedes pedir ayuda! Tus padres y abuelos tienen mucha experiencia, han ganado, han perdido y han aprendido, tú puedes usarlos como inspiración. Incluso tus amigas y amigos, ellos pueden tener un buen consejo, que finalmente te guiará a lo que de verdad quieres. Al pedir recomendaciones y consejos a algún familiar o amigo que haya pasado por lo mismo, te sentirás apoyada y al mismo tiempo podrás aprender de sus errores o de las oportunidades que surgieron gracias a esto. También, el buscar distintos puntos de vista, abrirá tu mente a nuevas opciones y estas tal vez te brindarán más claridad a la hora de tomar decisiones. Debes recordar que no siempre tienes todas las respuestas, a veces es mejor dejar el orgullo de lado, y reconocer que necesitas ayuda.
¡Pon una fecha límite! Muchas veces dejamos pasar oportunidades porque no queremos pensar en las decisiones que tenemos que tomar para alcanzarlas; decimos “mejor para la semana que viene” y ¡esa semana nunca llega! Lo entendemos, todas hemos pasado por lo mismo, pero no puedes huir para siempre de las responsabilidades, lo mejor es poner una fecha límite para tomar decisiones. De esta manera, no las tienes que tomar de forma apurada, pero tampoco las ignoras por completo. Debes admitir que es casi imposible estar 100% de acuerdo y segura con una decisión, pero no te puedes quedar analizándola toda la vida. Por esto, ponte un plazo para decidir y cuando llegue la fecha, comprométete a tener una respuesta final.
¡Acepta cuando hay que renunciar a algo! Cuando se te dificulta tomar decisiones, muchas veces es porque tienes miedo de perder oportunidades descartando la otra opción, para esto, es importante reconocer que no siempre puedes tenerlo todo, y cuando intentas abarcar todo, muchas veces terminas perdiendo y no logrando nada. Es válido ser ambiciosa sin dejar de ser realistas, debes darte cuenta cuándo tienes que renunciar a algo para poner todo tu esfuerzo en otra cosa. Muchas veces no te das cuenta que puedes ser tu propia enemiga al poner mucha presión sobre tu espalda. El tomar una decisión que puede cambiar tu vida no es sencillo, pero todo empieza por tener confianza en ti misma, en tus sueños, tus ideas y tus acciones. Después de todo, eres tú quien tiene el control de tu vida y por más consejos que te den, la última palabra siempre debe ser la tuya. Por último, debes aceptar que también puedes equivocarte, es importante recordar que de los errores aprendes, creces y ganas experiencia, para que en otra oportunidad seas tú quien aconseje a alguien más.
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