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23 de Junio
Todos hablan de lo difícil que es terminar una relación, pero nadie ha hablado de lo complejo que resulta volver a abrir nuestro corazón. Principalmente porque nuestros sentimientos no son ningún reloj con horas exactas. Entender que tienes tu propio tiempo y formas de sanar, diferentes a las de cada persona, es en lo primero que debes reflexionar. Lo cierto es que en este proceso pueden surgir preguntas de ¿cómo soy individualmente? ¿Qué necesito? y aunque las preguntas son cortas las respuestas están lejos de serlo, explorarte es el primer paso para estar segura de lo que te conviene y en qué momento. Cuando esperas una situación ideal para arriesgarte nunca encontrarás un espacio en la agenda, el momento perfecto nunca existirá, por eso la tan llamada frase de que el ¡tiempo es ahora!
Nadie puede decirte qué está bien o qué está mal, lo esencial es que hagas una mirada interna para saber qué está pasando y cómo tus acciones afectan o no a la otra persona.. No existe un tiempo apropiado, solo el momento en el que estés en paz y solo tú sabrás cuando este llegue.
Cuando de amor se trata las respuestas exactas no existen, cada persona es un mundo y todas las manera de vivir las relaciones son distintas. Cuando una ruptura es reciente y alguien nos empieza a llamar la atención, el pensamiento que nos aborda inmediatamente es que no podemos estar disponibles, porque seguimos sanando, o por otro lado, ya hemos cerrado las heridas y no queremos volver a experimentar ese dolor con alguien nuevo.
Estos sentimientos pueden estar en ti incluso sin haber pasado por una ruptura, esto te lleva a concluir que no estás lista para una relación porque siempre hay algo por terminar. Tal vez quieras culminar la universidad, encontrar un trabajo o sanar por completo.
Es bueno que tengas planes definidos, pero no dejes que tus sentimientos estén limitados por un checklist, permítete sentir esas mariposas y arriesgarte a lo que puede ser. Incluso cuando logres tus objetivos, habrán nuevos; así que siempre habrá un pendiente y somos obras en constante construcción.
Sanar un corazón lastimado por anteriores relaciones u otros factores no es lineal, habrá días en los que te sentirás muy bien y otros donde no podrás parar de llorar. Esto no significa que no estés sanando y una vez comprendas que el proceso de sanar es de todos los días, podrás entregar conscientemente tu mejor versión a otra persona.
Al preguntarte cómo iniciar una nueva relación lo más importante es que no invalides tus emociones, debes aceptar ese miedo porque es completamente normal, solo aceptándolo será más fácil gestionarlo y averiguar de dónde viene.
¿Tienes miedo a ser lastimada, al abandono, a no ser correspondida? Hay muchas causas por las que puedes sentir miedo y es importante que lo exteriorices con personas que te darán otro punto de vista. Además, debes manifestarlo con la persona que quieres iniciar una nueva relación; hablen de sus miedos,sentimientos, de lo que cada uno quiere y está dispuesto a entregar. Así sabrán qué necesita cada uno, mostrarse como un libro abierto hará que te relaciones de una manera más sana, siente el miedo con total libertad y no te guardes nada.
Como ya te lo dijimos las inseguridades y miedos van a estar presentes, no los veas como algo negativo, por el contrario, te están dando indicios de que tienes un corazón sensible. Abraza estos sentimientos en vez de rechazarlos, trabaja cada día más en ti para nunca olvidar que ellos no te controlan, eres tú quien puede tomar decisiones para mover su energía. Sin embargo, aunque suena hermoso, cuesta un montón, por ello te contaremos cómo.
Nunca pierdas tu esencia. Sabemos que en las primera citas quieres mostrar una versión mejorada, lo cual es normal, solo no olvides mostrarte tal cual eres, tus gustos, hobbies, tus chistes malos, ideales y demás. Nunca trates de encajar o cambiar por alguien: los cambios que quieras hacer en ti deben venir de tu corazón, no desde una exigencia. Si te sientes incómoda al expresarte tal cual eres es porque ahí no perteneces y te están esperando lugares mucho mejores.
Todas hemos escuchado la frase “si lo tengo que pedir no lo quiero”, pues tómala como una guía de todo lo que no debes hacer en una relación. La clave está en comunicarle a tu pareja lo que necesitas para seguir construyendo. Todos tenemos un lenguaje de amor distinto y lo que para ti puede ser obvio para la otra persona puede que no lo sea.
Si no comunicas lo que te incomoda o te molesta es imposible esperar que sucedan cambios. Por eso hablar las cosas va a ser de suma importancia para que nunca dejes que minimicen lo que sientes. Y recuerda, para tener relaciones sanas son necesarias las conversaciones incómodas.
Indudablemente al tener pareja se crea una nueva rutina que involucra a la otra persona; hay actividades que se acostumbrarán a hacer juntos y tus días ya no se tratan solo de ti, hay otra persona en la ecuación, esto es normal. No dejes que el hecho de tener una rutina con alguien limite tu independencia. Sigue haciendo lo que te gusta, habrá muchos planes que puedes hacer en pareja y otros que también puedes hacer sola o con amigas. Aunque estás compartiendo un momento de tu vida con alguien, recuerda que las decisiones personales solo te corresponden a ti; haz ese viaje, hazte ese corte de cabello, acepta ese trabajo…En resumen no delegues tu vida a nadie más que a ti.
No hay nada malo en querer proyectarte con otra persona, más si ambos están en la misma sintonía, solo procura no convertir tu vida en la del otro, es decir no permitas que tus acciones, decisiones o planes dependan exclusivamente de tu pareja. Debes entender que habrá espacios e incluso experiencias que puede que no vivan juntos y no por eso debes dejar de hacerlas. Si por ejemplo, tú quieres mudarte y él aún no, hazlo sola; así puede suceder con un paseo o una salida cotidiana, habrá experiencias que pueden disfrutar por separado y esto no define el amor que existe entre los dos.
De hecho, entender esto hará que una relación se mantenga saludable y también te ayudará a afrontar de una manera totalmente distinta una posible ruptura; cuando dejas que tu vida gire en torno a otra persona el hecho de cortar contacto con ella te dejará en un limbo, sin órbita. Por eso es muy importante entender que compartir y amar no es sinónimo de dependencia.
Decir que nuestro pasado nos enseña es fácil, pero a veces es complicado mirar hacia atrás sin recriminarnos; mira tus decisiones anteriores con más amor que arrepentimiento. Tomar tus experiencias pasadas como momentos que te transforman para bien, será muy poderoso para empezar a vivir de una manera más ligera, sin culpas. Deja de pensar en los “hubiera”, la vida te ha puesto justo donde necesitas estar y no debes comparar tu pasado con tu presente. En las relaciones nos enfrascamos pensando que nunca viviremos momentos como los que vivimos anteriormente. No debe representar luto o sufrimiento, por el contrario cada persona que llega a tu vida viene a mostrarte y enseñarte cosas distintas, es el propósito de los cambios.
Nadie más que tú sabrás cuál es el momento indicado para abrir tu corazón, eres la que sabe cuándo ese corazón necesita más tiempo para sanar o cuando necesita, tal vez, esconderse bajo unas capas para que la persona correcta las destape. Lo más importante es que tengas presente que la persona que entre a tu vida debe sumarte. Si dos personas se encuentran para hacerse bien, no hay mucho que pensar, no le des más vueltas a cómo iniciar una nueva relación, este es el momento.
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