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5 de Septiembre
¿Te ha pasado alguna vez que después de tener relaciones sexuales rompes en llanto y no lo puedes controlar? Si la respuesta es sí, no tienes porque sentirte mal, culpable o extraña, es algo demasiado común y le sucede a más del 40% de la población, sí, población en general, con hombres incluidos.
El sexo normalmente está relacionado con emociones positivas como el placer, la alegría y el disfrute, y se supone que después de tener un orgasmo debemos sentirnos relajadas, cómodas, felices, listas para descansar o para un rato de abrazos y otras muestras de afecto, y aunque esto es lo que sucede en la mayoría de las ocasiones, no es la única respuesta sexual que existe. A veces la respuesta orgánica, es decir, de tu cuerpo, después del orgasmo es llorar, y es algo tan frecuente que incluso tiene un nombre.
Disforia postcoital es el nombre que recibe la acción de llorar después del sexo, y aunque en algunas ocasiones se relaciona con sentimientos de felicidad o euforia, sucede principalmente por una tristeza profunda y muchas veces inexplicable. Por eso hoy, hablaremos sobre las posibles causas y lo que puedes hacer frente a ellas.
Nadie llora porque sí, aunque al principio no encuentres un motivo aparentemente razonable, siempre hay una causa detrás de cada muestra de sentimientos. Aquí hay algunas razones que te pueden hacer llorar después del sexo:
La química del sexo es una locura, de hecho, las hormonas de por sí también lo son. Durante el sexo puedes liberar tantas hormonas de placer y felicidad, que tu cuerpo buscará la forma de generar un balance hormonal y esto es lo que te puede causar esa tristeza aparentemente inexplicable. No eres tú, son tus hormonas.
Puede que estés pasando por un momento de mucho estrés, padezcas de ansiedad o depresión y aún no estés diagnosticada, te sientas culpable por lo que acaba de suceder o la relación sexual no fue lo que esperabas… El llanto es una reacción natural a cualquiera de las situaciones anteriores y no debes reprimirlo, ni sentirte mal por ello: así como no reprimes tu risa cuando te sientes feliz.
Lo primero es precisamente no castigarte, autocompadecerte o pedir disculpas, eres un ser humano y simplemente estás sintiendo. Déjalo salir, después podrás pensar con calma qué es lo que en realidad te sucedió.
En el momento en el que te sientas más tranquila puedes empezar a preguntarte si esto fue un caso aislado o es un patrón que se viene repitiendo, y si puedes asociar este llanto a un evento directo. Hay cosas que puedes reflexionar de manera interna o las puedes hablar con tu círculo de apoyo para sentirte mejor, pero si en definitiva esto no funciona y sientes que tienes asuntos emocionales mucho más profundos por resolver, lo mejor es buscar ayuda profesional y empezar un proceso de terapia psicológica, esto no solo te ayudará con la disforia postcoital sino con todos los aspectos de tu vida.
Recuerda que no estás sola, muchas mujeres pasamos por lo mismo y Nosotras tiene a tu disposición un consultorio de psicología en el que puedes encontrar la ayuda y el respaldo que necesitas. Siéntete siempre segura y acompañada con Nosotras.
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