Volver a

Cuando me siento triste o estancada, cierro los ojos para imaginar un lugar bonito y pienso en el mar. Ahí me relajo, ahí sueño. Es flotar liviano como barquitos de papel. Es tener el control de tu cuerpo aún sabiendo que un movimiento en falso podría poner todo en riesgo.

Se trata sólo de confiar en nosotras mismas. De soltar las cargas a sabiendas de que no todo será bueno pero, al final, seguramente será satisfactorio. Imagínate igual que yo, flotando en el mar, con una avalancha de problemas mayormente innecesarios encima. Ponte lo más liviana posible, cierra los ojos, suéltalo todo, flota y sueña con lo más lindo que puedas. Deshazte de las cargas y sánate.

Te daré estos 4 consejos para que te pongas a flotar en el mar:

Es importante la comunicación contigo, es importante que conectes y que no te agobies, e igual de importante es que no te maltrates con los constantes pensamientos. Comprende que todo lo que hoy te afecta, mañana solo será un recuerdo.

Los problemas tienen salida, sólo tienes que saber cómo encontrarla. Ciertamente, no todo dura para siempre, incluso eso que sientes ahora mismo.

Saca al menos cinco minutos de tu día y flota, no importa dónde estés, sólo tienes que cerrar los ojos e imaginar la vida que quieres y mereces, buscar las respuestas a cada situación que te perturba y si está de ti, todo saldrá muy bien.

Recuerda que en la vida todo es por ti y para ti. Por tus sueños, para que crezcas, te conozcas, seas exitosa y sientas que todo -o casi todo- está a tu favor.

No digo que es fácil, pero es bonito pensar que sí lo es y trabajar para que así sea; lo importante es que confíes en ti y en el proceso. Te invito a que flotes. Flota siempre que puedas, cierra tus ojos y sueña, lo que hoy te agobia mañana ya no, verás que sí. ¡Voy a ti, voy a nosotras! Paz, amor y sonrisas.

Déjanos tus comentarios