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Si eres de las que piensa en no tener hijos ya que con tu pareja es suficiente o si por el contrario ya estás viviendo tu etapa de maternidad y sientes que tu pareja es un niño más en el hogar al que debes cuidar, probablemente tienes el síndrome o complejo de Wendy.

En la psicología, el síndrome de Wendy se refiere a una persona que necesita cuidar y proteger a su pareja, lo cual no tiene nada de malo,  el problema es que las personas que sufren este síndrome necesitan asumir estos comportamientos para sentirse útiles y valoradas, llegando incluso a dejar sus propias necesidades en último plano. Esto hace que busquen parejas de las cuales hacerse cargo, asumiendo básicamente un papel maternal o paternal en su relación.

Si notas estos patrones en ti y en tus relaciones, sigue leyendo porque aunque todas esperábamos que Peter Pan entrara por la ventana y nos llevara a volar, la realidad  es que vivir una relación adoptando el papel de Wendy puede no ser tan mágico como lo imaginábamos.

Causas del síndrome de Wendy

Aunque son patrones que pueden adoptar tanto hombres como mujeres, muchos estudios confirman que son en mayoría las mujeres quienes asumen con más facilidad todo el conjunto de actitudes típicas del síndrome de Wendy. Esto se debe al entorno social y cultural en el que nos desarrollamos las mujeres, pues desde pequeñas los mensajes que nos inculcan en los comerciales, el hogar, hasta en la escuela, es que somos por naturaleza cuidadoras, complacientes y las encargadas de sacrificarnos para hacer que todo funcione.

Además de ese rol social con más frecuencia asignado a las mujeres, problemas como la baja autoestima y crecer con carencia de afecto también influyen en padecer del síndrome de Wendy, pues este complejo no es más que el reflejo de inseguridades y un miedo muy marcado a ser rechazado.

¿Cómo se relaciona el síndrome de Wendy con el síndrome de Peter Pan?

Para bien o para mal, una estrella necesita una buena co-estrella para que todo se desarrolle como debe, por muy tierno que suene el hecho de que cada Wendy tiene su Peter Pan, en la práctica no es para nada romántico.

Como tal vez lo viste en la película, Peter Pan se niega a crecer y asumir responsabilidades, por otro lado Wendy es quien asume todos estos cuidados. Las Wendy del mundo suelen atraer a los Peter Pan, ambos están supliendo sus necesidades pero son relaciones basadas en la dependencia emocional, y este tipo de relaciones no dan pie al crecimiento personal.

Wendy debe entender que no necesita ser validada por nadie, y Peter debe madurar, si no son conscientes del trabajo que debe realizar cada uno en sí mismo, no podrán mantener una relación sana.

Síntomas del síndrome de Wendy

Como te dirían en cualquier situación donde intentas mejorar algún aspecto de tu vida: el primer paso es aceptarlo, por eso te compartiremos estas señales para que identifiques qué tan presente está el síndrome en tus relaciones:

  1.  Eres muy perfeccionista cuando se trata de complacer y mantener la felicidad de tu pareja. Además, cuando todo no sale como esperas, aun así no esté en tus manos, te sientes increíblemente culpable.

  2. Necesitas sentirte imprescindible, asumes responsabilidades que no son tuyas para asegurarte de que la otra persona te necesita y eso te hace sentir bien.

  3. Ves el amor como un sacrificio, por más que te encuentres en una relación que te genere malestar general, tienes la creencia de que eres tú la responsable al hacer que todo funcione y dejas de lado tu propia felicidad.

  4. Necesitas aprobación constante, en especial de tu pareja, por esto quieres suplir sus necesidades a toda costa, sin siquiera establecer límites.

¿Cómo puede tratarse el síndrome de Wendy?

Lo principal es buscar ayuda profesional, sabemos que puedes con todo pero no tienes por qué hacerlo sola, de hecho cuando de salud psicológica se trata es muy complicado darse cuenta de patrones y actitudes destructivas de manera individual. Así que no lo pospongas y agenda una cita para ir a terapia, todos lo necesitamos.

Con ayuda de un profesional encontrarás la raíz de todos estos patrones, trabajarás en tu miedo al rechazo, aprenderás y confirmarás lo valiosa que eres, en general, crecerás personalmente para nunca aceptar relaciones que te estanquen. Aunque leerlo es sencillo, llevar estas prácticas a la acción puede ser difícil, pero nunca imposible. Si aún no deseas acudir con un profesional puedes empezar a hacer introspección con estas preguntas: ¿Necesito que las personas me aprueben? ¿Quiero estar con mi pareja por amor o porque lo necesito? ¿Sé cuáles son mis límites y los comunico?

Poco a poco irán llegando más preguntas, no se trata de resolverlas inmediatamente, sino de tener un panorama mucho más claro de cómo estás permitiendo que se desarrollen tus relaciones y buscar el por qué.

¿Cómo evitar perpetuar el síndrome de Wendy con los hijos?

Como te contamos, el entorno en el que crecemos juega un papel crucial en el desarrollo de este síndrome, así que si eres madre, tienes la oportunidad de cortar el ciclo y darle a tus hijos las herramientas  adecuadas para que vivan relaciones sanas.

Hazlos sentir amados y suficientes, que crezcan conociendo su valor, enséñales que el amor no es sinónimo de sacrificio sino más bien de tranquilidad. Si tienes en tu hogar niños y niñas dale responsabilidades a ambos y no hagas que tu hija cumpla con expectativas distintas a las de tu hijo solo porque es mujer. También aplica si no eres madre pero convives con niños en tu hogar, puedes jugar un papel fundamental en cómo se va a desarrollar su personalidad, así que sé la adulta que hubieras amado tener en tu infancia.

Si te sentiste identificada y definitivamente ves a una Wendy cuando te miras al espejo, ya sabes que hacer. Esta información es el polvo de hadas que necesitabas para salir del país del Nunca Jamás, vuela lo más lejos que puedas, conviértete en tu lugar seguro y mejora cada día.

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