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31 de Mayo
Tener ansiedad es más común de lo que crees. ¡Algunas investigaciones afirman que es más frecuente en las mujeres menores de 35 años! Aún así, en consecuencia a la pandemia del Covid-19 se ha evidenciado un aumento en los casos con personas de diferentes edades que sufren de ansiedad.
Sin embargo, es un error confundir la ansiedad con los ataques de pánico, sus síntomas se pueden sentir similares, pero el tratamiento es diferente. Entender estas diferencias es clave para controlarlas a tiempo, y que no avancen hasta que puedan afectar tu día a día. ¡Conoce sus características y descubre cómo tratar la ansiedad y los ataques de pánico de una vez por todas!
Todo el mundo ha sentido ansiedad en algún momento de la vida, es parte de la supervivencia como humanos. Esta es una alerta natural que tiene el cuerpo para reaccionar a tiempo, si es necesario, ante situaciones de amenaza y, de esta manera, ser más cuidadoso.
Con el pasar de los años y la evolución, ya no solamente se experimenta la ansiedad cuando se está en peligro extremo, sino, dependiendo de las experiencias en la vida, puedes sentirla cuando estás ante un evento especial del que no estás acostumbrada. Es decir, miedo a lo desconocido.
Por ejemplo, es usual sentir ansiedad cuando vas a presentar un examen importante, te vas a parar en un escenario, tienes una conversación pendiente, vas a conocer personas nuevas o estás caminando sola por una calle oscura. Es posible que sientas que tu cuerpo se pone en alerta, se aceleren las palpitaciones del corazón, te suden las manos, hasta puede que sientas temblores en el cuerpo, en cada personas se manifiesta de manera diferente.
Lo ideal es que esta sensación desaparezca unos minutos después de que acabe la situación desconocida. Sin embargo, para algunas personas este sentimiento no desaparece fácilmente, y puede volverse peor con el pasar del tiempo, ¡tanto que les puede causar pánico salir de su propia casa!
Estos suceden cuando los síntomas de la ansiedad son tan intensos que perjudican el cuerpo y la mente de las personas. Los ataques de pánico se caracterizan porque pueden surgir de un momento a otro, sin razón aparente. Las personas sienten un miedo y pánico constante aunque nada esté sucediendo realmente.
Puedes sentir, por ejemplo, mareo, náuseas, una sudoración excesiva, que no puedes respirar, ni controlar tus pensamientos. Cuando acaba, te sientes exhausta y cansada. Se convierte en un problema cuando comienza a afectar tu día a día, en el trabajo, con tus amigos o en la universidad.
Esto, en un futuro, puede convertirse en un trastorno de ansiedad, donde se vuelve repetitivo y constante. Por eso, hay que identificar estos síntomas a tiempo, ¡para que puedas controlarlo, antes de que te controle a ti! O entender cuándo es el momento ideal para buscar ayuda.
Si lo que sientes es ansiedad moderada, existen algunos consejos que puedes seguir para intentar controlarla y evitar que sucedan en primer lugar.
La respiración es esencial, pues cuando sientes miedo, el sistema libera unas hormonas que te permiten estar alerta, y la respiración puede ayudar a calmarlas, activando el sistema nervioso parasimpático. Cuando respiras profundo enfocas tu mente en la respiración, desviandola de cualquier otra cosa que te cause preocupación. Respira hondo, inhala contando hasta 10, sostiene 5 segundos y finalmente exhala nuevamente en 10. Puedes repetir este ejercicio hasta que sientas que tus palpitaciones mejoran.
Otra manera de cambiar tu foco de atención es poner música, puede ser desde tu canción favorita, hasta música instrumental o sonidos de la naturaleza, como los pájaros, la lluvia y el mar, ¡estos han probado ser transmisores de relajación! Intenta cerrar los ojos y concentrarte en lo que escuchas.
Evita tomar alimentos que tengan mucha cafeína, como el café, bebidas energéticas, el té o el chocolate, pues algunas personas han identificado que esto puede aumentar su ansiedad.
Lo más importante es que si sientes que tus síntomas son graves, constantes y te hacen perder el control ¡debes acudir a un profesional!
No intentes ocultar tus síntomas, no tienes que estar sola buscando una solución desconocida. La psicología ha avanzado más sobre el tema, entonces los tratamientos médicos serán estudiados para cada caso individual y así te ayudarán a tratarlo con facilidad.
Para esto, el primer paso es pedir ayuda a tu familia. Sí, es cierto que puede sentirse como el paso más difícil de todos, pero es mucho mejor que seguir teniendo estos ataques incontrolables y no saber qué hacer con ellos.
Normalmente hacer actividad física constante en la semana puede aliviar y despejar tu mente de lo que te preocupa, además, con el pasar del tiempo, puedes evidenciar que tu confianza aumenta, disminuyendo los síntomas de pánico. Intenta hacer lo que más te guste, si es bailar, trotar, patinar o ir al gimnasio. La idea es encontrar un espacio para ti misma, haciendo cosas que disfrutes y al mismo tiempo ayuden a mejorar tu salud mental.
¡Recuerda que no estás sola! Tener estos síntomas es común, no te sientas avergonzada por tenerlos.
Confía en las personas que tienes a tu alrededor como tu familia y amigos, verás que juntos pueden encontrar una solución, y al mismo tiempo ellos comprenderán por lo que estás pasando ¡ánimo!
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