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Crisis de los 40 en la mujer y la premenopausia

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Y de repente llegamos a los 40, ¿en serio tan rápido? Si se veían tan lejos y hacía nada estábamos disfrutando de los veintitantos como si nunca fueran a terminar, pero aquí estamos caminando otra etapa, con una cantidad de cuestionamientos que nos pueden llevar a la conocida crisis de la mediana edad.

¿Qué es la crisis de los 40 en las mujeres?

Así es, a la crisis de mediana edad también se le conoce como la crisis de los 40 y es más común de lo que crees. Aunque sabemos que todas llegamos a esta edad, cada una reacciona de forma diferente, unas apagan las velas con la esperanza que traen los nuevos comienzos, algunas con la tranquilidad de estar presentes en el ahora, y otras aún sin poder creer que ya están atravesando el cuarto piso.

Entre los 40 y los 50 surgen muchos cambios, tanto físicos como psicológicos, lo cual puede conllevar a aburrimientos, tristezas y preocupaciones propias de una crisis. Nos encontramos en una transición de la vida que aunque sabíamos que llegaría en algún momento, nos toma por sorpresa y nos cuesta aceptarla, entonces nos sentimos diferentes y nos pesa esta etapa. Este sentimiento es completamente natural, por eso vamos a mostrarte algunas soluciones, para que esta etapa sea más llevadera.

Primero, te mostraremos algunos síntomas de esta crisis, porque antes de buscar soluciones, es importante que identifiques lo que sientes:

Mirada hacia el pasado

Comenzamos a mirar de forma retrospectiva lo que hemos hecho hasta el momento, de cómo éramos y nos volvemos más conscientes de que la vida es finita, entonces pueden llegar pensamientos negativos a mostrarnos lo que no hemos logrado, sentimos que “es tarde” porque así no nos imaginábamos a esta edad y empiezan a aparecer una serie de arrepentimientos.

Inconformidad con el físico

Es normal preocuparnos por el aspecto físico. Esas arruguitas que empiezan a tomar forma o las canas pintadas por el tiempo, nos pueden hacer anhelar a la chica que una vez fuimos como si la persona que aparece ahora frente al espejo no fuera lo suficientemente bella y perfecta tal cual es.

Además, la presión social que ha estipulado ciertos conceptos de belleza, también pueden generar en nosotras angustia, porque sentimos que ya no nos ajustamos a esos estereotipos.

Creemos que lo mejor ya pasó

Como si los mejores momentos solo se experimentaran a temprana edad, sentimos que estamos muy mayores y que ya lo divertido ha pasado. Consideramos que ese famoso “tren ya nos dejó”  y, por tanto, nos perdemos porque no sabemos qué rumbo tomar de ahora en adelante.

Sentimiento de pérdida

Hay un no sabemos qué; algo nos falta pero no logramos identificarlo. Si no pudimos ser la chef que tanto queríamos sufrimos una decepción y si cumplimos cada uno de los objetivos, sentimos que eso no era todo. Podemos llegar a pensar que la vida se nos ha escapado y no entendemos cómo atraparla.

Sensación de estar atrapadas

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos hacemos las cosas solo por compromiso, porque lo que antes nos parecía emocionante, prácticamente ya no y, adicional, nos sentimos desanimadas para hacer otro tipo de actividades, entonces todo se torna en una rutina aburrida que parece interminable.

Limitación por dolencias físicas

Cuando llegamos a esta edad, es posible que comencemos con dolores en distintas partes del cuerpo que nos limitan (no necesariamente tienen que ser una patología clínica, sino que son propias de esta fase), por lo cual nos sentimos ineficientes porque no podemos hacer todo lo que antes hacíamos con tanta facilidad.

Todo este desequilibrio va muy ligado también a un cambio físico significativo que por naturaleza las mujeres empezamos a presentar en esta etapa: la premenopausia, donde el cuerpo nos anuncia que muy pronto cerraremos el ciclo menstrual, a través de unas señales comunes que irrumpen en nuestra cotidianidad como los sofocos, los cambios de humor, los insomnios, sensibilidad en los senos, irregularidad menstrual y la fatiga.

La perimenopausia, como también es conocida, toca nuestras puertas para avisarnos que están finalizando los años reproductivos y trae consigo el constante aumento y disminución de estrógeno y progesterona, por eso, los cambios de humor, que se suman a la crisis de los 40 y hace de las suyas.

¿Qué hacer para que la crisis de los 40 sea llevadera?

crisis 40

Es importante observar esta etapa con amor. Sabemos que los cambios hormonales que se generan durante la premenopausia son inherentes a nosotras, pero preguntémonos ¿qué podemos hacer para disminuirlos? Esta crisis puede ser un llamado de atención para recordarnos que aún hay más vida, y que nos quedan muchos sueños por cumplir y muchos momentos para vivir. Por eso, te queremos compartir unos consejos, para que aprendas a convivir con esta nueva transición y te enfoques en este lindo presente:

Reflexionar

Desde la gratitud podemos contemplar el camino recorrido. Cada paso nos ha convertido en el ser humano que somos ahora y esto incluye los errores, las palabras no dichas, los lugares que visitamos, las personas de las que nos rodeamos, las decisiones tomadas en su momento, lo que no nos atrevimos a hacer. ¡Todo! Nos ha vuelto un poco más sabios, entonces qué tal si en vez de quejarnos, damos las gracias por la vida que hemos tenido, por ese proceso de construcción que nos ha traído a este instante.

Nuevos propósitos

Encontremos el regalo en la finitud de la vida. Que esto nos invite a mirar qué deseamos cambiar y nos llene de la mejor energía para poner en marcha otros planes, así que escribámoslos y convirtámoslos en uno de los motivos para levantarnos y luchar por lo que queremos.

Aceptación

Cada edad está llena de nuevas aventuras y los 40 años no son la excepción. Aceptar que ahora estamos en esta etapa nos permite abrazar todos los cambios y nos prepara para vivirla desde el amor y el respeto hacia nosotros mismos, además esta transición no es más que otro nuevo comienzo, aún queda muuucha vida por delante para disfrutar y continuar aprendiendo. De igual manera, debemos reconciliarnos con nuestro físico, aceptarnos y mirarnos con admiración, porque la belleza viene en distintas formas y todas son perfectas.

Salir de la rutina

Comencemos esa clase de pintura que tanto aplazamos o aprendamos a tocar un instrumento musical. Recorramos la ciudad, visitemos un museo, hagamos alguna actividad diferente a lo que estamos acostumbradas a hacer para no caer en la rutina y llenarnos de energía creativa.

Disminuir los efectos de la premenopausia

Es muy importante escuchar nuestros cuerpos para aprender a identificar los síntomas que genera en nosotras esta natural transición. Generalmente, nos comienzan los calores nocturnos, entonces es muy recomendable mantener un ventilador pequeño a la mano, una toalla húmeda y un vaso con agua para refrescarnos.

También, debemos usar los productos adecuados como los que encontramos en Nosotras V-Confident, ya que sus Toallas Sanitarias y Protectores son ideales para absorber todo tipo de fluidos; además, tienen un sistema que controla los olores molestos y una cubierta extra suave que es delicada con nuestra piel íntima. Por otro lado, podemos encontrar un Jabón Íntimo que contiene ingredientes de origen natural para cuidar nuestra Zona V.

Para el insomnio es mejor que evitemos tomar café o alcohol antes de dormir, y reemplacemos estas bebidas por un té; recomendamos el limoncillo y la pasiflora que son ideales para mejorar el descanso, y la infusión de Flor de Tilo que ayuda a tratar los sofocos; no obstante, recordemos consultar al médico antes de ingerirlas. Adicional, podemos darnos un rico baño de burbujas, poner música relajante y desconectarnos de la tecnología para concentrarnos en pasar una mejor noche.

Realizar actividades al aire libre como caminar, trotar o montar bicicleta nos ayudará a mejorar nuestro estado de ánimo o reducir el estrés.

CRISIS 40

Estamos experimentando una metamorfosis en todo su esplendor y es completamente normal que entremos en crisis; lo más importante es hacerle frente y reconocer lo que estamos atravesando, porque podemos reconstruirnos las veces que sea necesario. La premenopausia, por ejemplo, es innata en nosotras, entonces es momento de aceptarla con gratitud y enfocarnos en  buscar soluciones para nuestro bienestar,  porque aún queda mucho por vivir. 

Este artículo puedes compartírselo a una amiga que, como tú, está pasando por esta etapa. ¡Será de gran ayuda para ella!

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